Modo de preparación
Las frambuesas, que han recogido todos esos aromas fragantes, maduradas bajo el sol del verano, se limpian y lavan con cuidado.
Ponemos las frutas aún húmedas en un recipiente esmaltado o de vidrio (yo uso una bandeja de vidrio con paredes altas) y las espolvoreamos con azúcar glass. ¡Agregamos jugo de limón para conservar el color de las frambuesas durante la cocción! Cubre el recipiente con film transparente y guárdelo en el frigorífico durante dos días.
Revuelve la fruta varias veces con una cuchara de madera para derretir el azúcar (es difícil que las frambuesas permanezcan enteras, porque son una fruta delicada, pero lo importante es que el sabor de la mermelada es irresistible).
Por lo tanto, las frutas fragantes liberan jarabe de fruta y no es necesario agregar agua.
Al día siguiente, separe cuidadosamente la fruta con una espumadera. Vierta el almíbar que se ha separado en un recipiente esmaltado.
Calienta la mezcla a fuego lento, removiendo constantemente con una cuchara de madera.
Nunca quito la espuma. Solo le doy palmadas de vez en cuando con la espumadera. Aprendí este truco de los viejos libros de recetas. Luego ella desaparece.
Hervir durante unos 20 minutos a temperatura moderada, luego retirar la cacerola del fuego y dejar enfriar.
Después de aproximadamente 1-2 horas (y preferiblemente al día siguiente) agregue la fruta, revuelva suavemente y caliente nuevamente a fuego lento.
La mermelada se deja hervir hasta obtener la densidad deseada . Verifico el resultado con una cuchara hasta que se forma un rastro en el almíbar espeso.
10 minutos antes de retirar del fuego, agregue el ácido cítrico.
Vierta la mermelada de frambuesas en frascos calientes limpios y secos y ponlos boca abajo.
Los cubro con una toalla con cuidado para que se enfríen gradualmente.
Consejo: Quiero aclarar que la cantidad de azúcar depende del dulzor de la fruta y del gusto de cada uno. Por tanto, se puede agregar más azúcar. Yo pongo menos, porque no nos gusta demasiado dulce.