Modo de preparación
Vertemos la leche fresca en una olla.
Colocamos la olla en una bandeja con agua para baño maría y ponemos al fuego.
Gracias al recipiente con agua, la leche no se quemará en el fondo.
Hervimos la leche a fuego lento. Una vez que llegue al punto de ebullición, apartamos la olla y dejamos enfriar.
La temperatura ideal que debe llegar a tener la leche es de 37-38 grados. Si no disponemos de un termómetro de cocina, comprobamos con el dedo. Si introducimos el dedo pequeño por 10 segundos y no nos quema, la leche está lista para el siguiente procesamiento.
Ponemos el yogur en un tazón y mezclamos con un poco de la leche tibia. Vertemos en la olla y removemos muy bien.
Distribuimos la leche en frascos de cristal limpios y secos. Serramos con tapa y envolvemos con mantas calentitas. Dejamos reposar durante 5-6 horas.
Una vez listo, guardamos el yogur casero en el frigorífico.
¡El yogur casero de búfala es riquísimo!