Modo de preparación
Empezamos colando la leche a través de una gasa fina o un colador de maya fina. Vertemos en una olla grande y si no tenemos una en la que quepa toda la cantidad, lo podemos poner en dos más pequeñas.
El siguiente paso es obligatorio: Hervimos la leche al baño maría para que no se queme. En cuanto hierva, retiramos del fuego y dejamos enfriar hasta que llegue a una temperatura de 37-38 grados. Si no disponemos de un termómetro de cocina, comprobamos con el dedo pequeño (cuando se toca no debe quemarnos el dedo).
Cogemos unos frascos de vidrio (de 800 ml aproximadamente) y ponemos dos cucharadas de yogur en cada uno de ellos. Vertemos la leche de oveja y removemos muy bien con una cuchara.
Tapamos los frascos y colocamos el yogur casero sobre papel de periódico o bolsa de plástico.
Envolvemos con mantas y dejamos así durante 3 horas como mínimo.
A continuación, trasladamos los frascos en la nevera.
En cuanto el yogur casero de oveja repose unas horas en frío y esté firme, ya está listo para comer.