Modo de preparación
Separar las yemas de las claras y batirlas por separado.
Montar las claras a punto de nieve con la mitad del azúcar y las yemas con la otra mitad hasta que el azúcar se disuelva por completo.
Luego agregar con cuidado las yemas a las claras con movimientos envolventes.
Lo mejor es utilizar una espátula de madera y hacer movimientos suaves desde el fondo hasta la superficie.
Tamizar la harina poco a poco e incorporla bien hasta obtener una mezcla homogénea.
Distribuir la mezcla en 2 bandejas previamente engrasadas, forradas con papel de hornear con un diámetro de 20 cm.
Llevar al horno precalentado a 160 grados y hornear por tandas hasta que estén listos.
Mientras tanto, prepara la crema: bate la mantequilla blanda con la leche condensada y luego agrega las virutas de coco.
Pon la crema de coco en la nevera un rato, para que quede firme.
Retire las bases de bizcocho del horno, espere hasta que se enfríen por completo y córtelos por la mitad para obtener 4 bases uniformes.
Comenzar a montar el delicioso pastel de coco remojando primero la base de abajo con leche tibia, a la que yo le agregué un poco de jarabe de piña (de una lata). Continuar distribuyendo parte de la crema de manera uniforme, luego poner otra base de bizcocho regada con leche y piña, nuevamente de la crema y nuevamente base.
Reservar un poco de la crema para mezclarla con la nata montada.
Cubrir toda la tarta Raffaello con la nata y espolvorear con el coco rallado.
Decora a tu gusto el esponjoso y jugoso pasel de coco y déjalo en la nevera al menos unas horas.
¡Disfrutar!