Modo de preparación
Deje el pimiento choricero seco en remojo desde el día anterior para que se hidrate. Limpia las alcachofas de las capas externas de hojas duras. Retire todas las hojas duras hasta llegar al corazón tierno de la alcachofa.
Corte 1-2 cm de la punta y, si tienen tallos, también pélelos hasta en centro que tiene un color más clarito - los tallos no deben tener más de 5 cm de largo.
Inmediatamente, corta cada alcachofa pelada en cuartos y colócalas en un recipiente con agua en el que previamente hayas exprimido el jugo de un limón para evitar la oxidación y el oscurecimiento de las verduras.
Puede cocinar las alcachofas al vapor en una vaporara hasta que estén blandas y tiernas. Después de que estén listas, rocíe con aceite de oliva y sal.
La otra opción es hervirlas en agua con un poco de sal y aceite de oliva - nuevamente hasta que se ablanden, pero no demasiado.
La salsa se hace mientras se cocinan las alcachofas:
Lava los tomates y el ajo y, como están enteros y sin pelar, hornéalos en el horno precalentado a 200 grados durante 15-20 minutos o hasta que estén blanditos y dorados. Deje enfriar, pelar y poner en una licuadora - esta será la base de la salsa.
Con un chilo afilado, raspa y separa la carne del pimiento choricero ya hidratado. Agrégalo a los tomates, junto con las almendras crudas y peladas, sal al gusto y pan seco del día anterior partido en trozos. Si lo desea, agrega media guindilla picante.
Vierta la mayor parte del aceite de oliva y tritura todo hasta obtener una consistencia suave, agregando más aceite de oliva hasta conseguir la densidad deseada.
En la hora de servir, vierta un poco de la salsa en un plato hondo y coloque encima las alcachofas calientes y escurridas del agua (si las hayas hervido). Coloque unas lonchas de bacon encima, ligeramente doradas en una sartén o plancha.
Puedes regar con más salsa por encima.
Las alcachofas con salsa Romesco están listas. ¡Buen provecho!