Modo de preparación
Triturar las galletas en una batidora de vaso o con el rodillo, colocándolas en una bolsa de plástico limpia y pasando y presionando fuerte por encima con el rodillo. Derrita la mantequilla y mezcle con las migas de galleta. Distribuir en copas de postre, presionando ligeramente con una cuchara. Refrigerar.
Poner la nata, la leche y el azúcar en el fuego y apenas hierva el líquido, agregar el queso crema y revolver hasta que se derrita. Para una homogeneización más rápida, puede usar un agitador de alambre, lo que lo haría más rápido.
Retirar del fuego y dejar unos instantes mientras se hidrata la gelatina según las instrucciones del fabricante (necesariamente en agua fría). Póngala en la mezcla y revuelva. Se disuelve inmediatamente. Nunca ponga gelatina en liquido hirviendo, ya que se pueden perder sus propiedades.
Cortar medio mango en cubitos pequeños y agregar también a la mezcla de queso. El objetivo no es que prevalezca, sino proporcionar una ligera frescura.
Distribuir en las copas y dejar a temperatura ambiente hasta que la mezcla se enfríe, luego meter en el frigorífico por 4-5 horas a 1 noche.
Verteremos la cobertura de mango y melocotón sobre la tarta de queso ya solidificada. Para ello, tritura las dos frutas y disuelve el azúcar en el puré. La cantidad es indicativa, porque depende del dulzor de la fruta en sí, así que prueba y lo consideras, agrega más o viceversa - menos azúcar.
Hidratar las dos hojas de gelatina en agua fría (a mi esto me lleva 2-3 minutos). Calentar un poco de agua (sin dejar que hierva) y disolver en ella la gelatina. Verterla en el puré y remover bien.
Ponga una capa de la mezcla de frutas en cada copa y guarda en el frigorífico nuevamente para que gelifique.
Después de aproximadamente dos horas, la tarta de queso está lista para comer.
Su textura cremosa es un deleite para los sentidos, y las frutas frescas la hacen ligera y agradablemente fresca.
¡Disfrutar!