Modo de preparación
Los copos de avena se muelen junto con el salvado. También se puede usar harina de avena preparada, pero siempre es mejor preparar harina molida en casa para asegurar que no haya impurezas.
Los plátanos se pelan, se espolvorean con jugo de cítricos y se trituran con un tenedor. Los plátanos con piel ennegrecida son los mejores porque son perfectamente suaves, pero también puedes usar los amarillos que se pueden triturar en una licuadora. Tienen la ventaja de que contienen almidón y las tortitas serán más densas y fáciles de procesar.
Agregue ambos tipos de leche (yogur y leche) y una pizca de sal y azúcar al puré de plátano. Mezclar hasta homogeneizar, agregar la harina de avena y volver a mezclar. Debe obtener una mezcla más suave que la masa para bizcochos.
Se deja durante 5-10 minutos y así la avena absorbe líquido y sus partículas se hinchan, lo que espesa la masa.
Si se vuelve demasiado espesa, diluirla con un poco más de leche.
Las tortitas de plátano se cocinan en una sartén calentada a fuego moderado, untada con un poco de aceite. En cualquier caso, el fuego no debe ser fuerte, porque se queman rápidamente y quedan blandas por dentro y son difíciles de voltear. Se ponen en porciones pequeñas, se extienden y se les da la vuelta con la ayuda de una espátula de silicona. Es mejor hacerlas más pequeñas.
Debido a la ausencia de huevo, así como de gluten, no hay ingredientes aglutinantes en la receta, salvo en cierta medida el propio plátano, por lo que estas tortitas son más específicas de preparar, no tienen un aspecto muy hermoso, pero quedan super sabrosas, sanas y dietéticas.
Cómelas calientes para el desayuno con un sirope de caramelo, fruta o chocolate y fruta fresca con miel.
¡Buen provecho con estas tortitas de plátano y avena sin huevo!
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