Modo de preparación
Cortar las chuletas de cordero de unos 8 mm de grosor, o pida que los corte el carnicero donde las compras. Lavar y secar con papel de cocina.
Preparar el adobo para la carne mezclando el vino blanco con el aceite de oliva, una pizca de sal, pimienta negra, hierbabuena, pimentón picante y la mitad del romero (sólo las hojas).
Añadir una cucharada de azúcar, hará que el cordero se ablande. Remueve y vierte sobre las chuletas de cordero para que queden bien empapadas en el adobo, pero no es necesario que queden completamente cubiertas.
Dejar marinar durante 4-5 horas.
Pelar y cortar las patatas en trozos grandes y quitar la capa exterior de piel seca de la cabeza de ajo. Coloca los dientes en una tabla de cortar y aplástelos ligeramente con la parte ancha del cuchillo.
Verter un poco de la marinada de cordero en una bandeja adecuada y agregar las patatas y el ajo. Espolvorearlos con sal, el romero restante y un poco de pimentón rojo (dulce).
Aquí, por error, espolvoree con nuez moscada en polvo, pensando que era pimentón rojo (a veces pasan esas cosas, pero es gracias a ellas que también descubrimos nuevos sabores) y debo reconocer que quedó súper bien.
No es intrusivo y no notaras mucho esta especia, solo agrega un sabor agradable. Si te decides, también pones.
Disponer las chuletas de cordero sin apretar sobre las patatas, verter el resto de la marinada, una pizca de sal, un poco de agua (unos 150 ml) y un poco más de aceite de oliva.
Cubrir la bandeja con papel aluminio, y si tiene tapa, úsala.
Coloque en un horno a 200 grados durante 15-20 minutos, luego reduzca a 150 grados durante aproximadamente una hora y 20 minutos.
De esta forma, el cordero con patatas se guisará lentamente y se horneará al mismo tiempo, y el ajo y las especias le darán un sabor delicioso.
Finalmente, retirar la tapa o el papel de aluminio y hornear el cordero a fuego más alto para que se dore bien.
Servir las chuletas de cordero adobadas al horno tibias con una ensalada verde fresca.
¡Disfrute de su comida!