Modo de preparación
La papaya que uses para esta mousse de frutas debe estar bien madura y suave.
Limpie y pele de la misma manera que lo haría con un melón normal. La parte carnosa de la fruta, sin piel ni semillas, debe pesar 400 gramos.
Corta en trozos y ponga al fuego con el agua y el azúcar. Como la papaya no es una fruta muy dulce, puedes endulzarla más a tu gusto. A mí personalmente me gusta más este postre de papaya más ligero, así que le pongo menos azúcar.
Revuelva a fuego bajo/moderado (90 grados) durante 7 minutos, luego mezcle hasta obtener un puré suave y deje que la temperatura baje a 70 grados.
Hidrata la gelatina en agua fría y agréguela al puré de frutas, mezclando bien.
Deje que la fruta se enfríe y guárdela en el refrigerador.
Ahora le toca el turno a la nata, que conviene enfriar previamente, así el resultado al montar es mejor.
Viértala en un tazón, agregue una cucharada de azúcar en polvo y bata hasta que espese.
Guárdala también en la nevera para que vaya cuajando junto con el el puré de frutas. Debe tener la misma consistencia que la crema y no endurecerse completamente hasta convertirse en una gelatina.
El último paso es simplemente mezclar el puré de papaya (reservar 4 cucharadas) y la nata con movimientos suaves para mantener la mousse esponjosa.
Se obtiene una maravilosa mousse de sabor ligero y delicado y de color rosa pálido.
Vierta en 4 vasos pequeños o dependiendo del tamaño que tenga disponible.
Ponga la mousse de frutas en el frigorífico a cuajar durante 4 horas, a la mitad de ese tiempo verter una cucharada del puré de papaya reservado sobre las cremas.
Sirva la mousse de papaya bien fría y adornada con aromáticas hojas de menta fresca.
¡Un postre de verano extremadamente ligero y delicioso!