Modo de preparación
Cocer las patatas en agua con sal y mientras aún están calientes triturarlas con un tenedor junto con el aceite.
En cuanto se hayan enfriado un poco, añadir el huevo batido con una pizca de sal y mezclar hasta conseguir una mezcla homogénea.
Agregar la harina en porciones, tamizándola y mezclando con los dedos hasta obtener una masa medianamente blanda. Según el tipo de patatas que utilices, puede que necesites un poco más o menos de harina.
Envolver la masa con film transparente y guardarla durante unos 20 minutos en el refrigerador. Mientras tanto, partir las ciruelas por la mitad y deshuesarlas. Cortar cada mitad en dos pedazos más y espolvorear con azúcar y canela. Dejar reposar así durante unos 30 minutos.
Tomar una cucharada llena de la masa de patata y luego aplastar con la mano y colocar un trozo de ciruela azucarada en el medio. Cierra y forma una bola.
Colocar las bolas preparadas en agua hirviendo con sal a fuego alto. Lo hago en dos tandas para que no se peguen, pero si tienes una olla más grande puedes hacerlo todo de una vez.
Cuando las bolas floten hacia la superficie (esto sucede relativamente rápido, así que esté atento), reduzca inmediatamente el fuego y déjelas por otros 2 minutos, luego retire sobre papel de cocina para absorber el agua.
En una sartén calentada a temperatura media, echar un poco de aceite y tostar la sémola (si no tienes, puedes sustituirla por pan rallado). Cuando huela bien y cambie un poco de color, retirar del fuego (también es bueno remover para que no se queme y se dore uniformemente). Transferir la sémola tostada a un recipiente hondo y esperar a que se enfríe, luego mezclar con azúcar y más canela (opcional).
Rebozar cada bola generosamente y colocarla en un plato, y espolvorear el resto de la mezcla encima.
Se obtienen unos gomboti suaves, maravillosos, muy sabrosos, y las ciruelas les dan un final ligeramente agridulce. Esta receta es típica de Rumanía y a todas las familias les encanta y la preparan a menudo.
¡Buen provecho!
