Modo de preparación
Disolver la levadura y el azúcar en la leche ligeramente tibia. Cubrir con un paño limpio y dejar reposar durante unos 8 minutos.
Tamizar la harina en un bol y hacer un hueco en el medio, verter la levadura espumada, unos 10-15 gramos de manteca y empezar a mezclar con los dedos. Agregar harina hasta que deje de pegarse sin excederse y endurecer la masa.
Transferir a una superficie ligeramente enharinada y continuar amasando, vertiendo un poco de manteca hasta agotar la mitad y agregando la sal muy lentamente.
A medida que agregues la grasa, comenzará a pegarse nuevamente, pero no te preocupes, después de trabajar lo suficiente la masa se volverá elástica. Darle forma de bola y dejarla reposar durante 1 hora en un lugar cálido.
De la masa leudada, extienda 3-4 discos y unte cada un con la grasa restante y espolvoree con queso desmenuzado. Enrolle en un rollo y luego en un caracol, colóquelo en una bandeja para hornear engrasada o forrada con papel pergamino.
Esperar a que la mesenitza duplique su volumen durante aproximadamente 1 hora más en una habitación cálida o en el horno calentado a 40 grados y luego apagado.
Pincelar el pan con clara de huevo batida con un poco de aceite y hornear en horno a 180 grados durante unos 35-40 minutos o hasta que esté dorado. Dejar enfriar sobre una rejilla y servir.
¡Buen provecho!