Modo de preparación
Disolver la levadura en la leche tibia junto con el azúcar. Cubrir con un paño y dejar reposar en un lugar cálido durante 10 minutos;
Tamizar la harina con la sal en un recipiente hondo y hacer un hueco en el que se vierte el aceite, el vinagre, el yogur, el diente de ajo finamente rallado y un huevo + la clara del segundo (reservar la yema para untar al final);
Verter la levadura activada y amasar hasta obtener una masa suave y no pegajosa, añadiendo harina si es necesario;
Untar la masa con aceite y colóquela en el bol, envuélvala con un paño y déjela en un lugar cálido durante 1 hora hasta que haya triplicado su volumen;
Mientras tanto, prepara el relleno picando y sofriendo el ajo y la cebolla frescos en aceite de oliva. Cuando se ablanden añadir las espinacas bien lavadas y picadas en trozos más grandes. Sazonar con sal y pimienta y cocinar durante 2-3 minutos. Dejar enfriar;
Dividir la masa leudada en 4 bolas y estirar cada una hasta formar un disco fino. Untar cada uno con la mantequilla derretida y la manteca (reservando un poco de esta grasa para el final). Distribuya el relleno uniformemente por toda la superficie de los discos de masa y espolvoree con queso;
Enrollar los cuatro discos en un rollo y luego enrollar una vez más como si fuera caracol.
Colocar en un molde pequeño cubierto con papel de horno o engrasado previamente. Dejar reposar una vez más durante 30 minutos;
Pincelar la yema batida con unas gotas de leche fresca y decorar con las pipas de calabaza;
Hornear a 160 grados sin precalentar el horno durante unos 30 minutos, y al final puedes aumentarlo a 180 grados para un bonito bronceado.
No abras el horno durante los primeros 20 minutos, y luego puedes revisar con un palillo;
Untar el pan con la mantequilla y la manteca restantes y cubrirlo con un paño limpio durante 10 minutos. ¡Entonces estará listo para comer!