Modo de preparación
Siempre preparo mis néctares en una proporción de 300 g de fruta limpia y 500 ml de agua, porque para mí esa es la consistencia ideal para esta bebida. Además, sea cual sea la fruta que utilice, siempre le agrego un limón pelado y limpio. Además de realzar el sabor y dar una agradable nota ácida, también evita que otras frutas se oxiden y oscurezcan y el néctar conserva su color fresco y hermoso.
Se puede hacer con cualquier fruta que tengas disponible, pero en esta receta te ofrezco una combinación que a mí personalmente me gusta mucho, aunque no soy muy fan de la canela.
Puedes agregarla a tu gusto, pero siempre con cuidado de no excederte, para que no predomine.
La cantidad de azúcar también es opcional, ya que puedes adivinar que mucho depende del dulzor de la fruta que estés usando. Por ejemplo, mis manzanas no eran tan dulces como quería y en lugar de ellas agregué 65-70 g de azúcar en lugar de 50. Por supuesto, se pueden utilizar otros edulcorantes como el jarabe de agave, por ejemplo.
Para preparar néctar con una textura y suavidad delicadas y finas, necesita un buen aparato para moler productos: una licuadora, un robot o un procesador de alimentos.
Las frutas peladas y limpias se trituran junto con azúcar hasta obtener un puré fino. En este caso, en esta receta le añadimos una pizca de canela.
El puré se diluye con agua y se vuelve a batir bien.
Se vierte en tazas y se consume inmediatamente, para absorber al máximo todas las vitaminas de la fruta.