Modo de preparación
Limpiar los solomillos de las pieles y grasas blancas en la superficie. Sazonar con un poco de sal y pimienta y frotar con las manos. Colocar la carne en una fuente para hornear ligeramente engrasado.
Picar finamente una ramita de tomillo y una ramita de romero. Mézclalos con aceite de oliva, vino blanco y mostaza.
Vierte la marinada sobre la carne y frótala con los dedos por todos lados para que se adhiera bien al solomillo. Ponga encima la hoja de laurel y las dos ramitas restantes de tomillo y romero.
Cubrir la bandeja con film transparente y dejar en el frigorífico durante 1 día. De esta forma la carne se marinará bien y absorberá los sabores.
En realidad, no tienes que hacer nada más, la marinada funcionará y hará que el plato festivo sea irresistiblemente sabroso y tierno. La comodidad es que puedes conservarlo del día anterior, o incluso dos días, y ponerlo a hornear cuando veas que tus invitados casi hayan terminado sus aperitivos y entrantes.
Cuando llegue el momento de cocinar los solomillos, basta con quitarles el film transparente y meterlos en el horno calentado a 180 grados. Hornear durante 30-40 minutos, dependiendo del grosor y tamaño de las piezas.
Cuando el solomillo de cerdo esté listo déjalo reposar 10 minutos, luego córtalo en rodajas gruesas y sírvelo en porciones con tu guarnición preferida. Pueden ser papas asadas, zanahorias glaseadas o verduras asadas, puré de verduras, ensalada fresca u otros.
Tienes un plato principal fácil y muy rico sin tener que estar frente al fuego, se cocina solo y estás en la mesa con tus invitados y familiares. Eso sí, sólo hay que vigilar el tiempo y no asar demasiado el solomillo para que quede realmente tierno y sabroso.
¡Buen provecho!