Modo de preparación
Todos los productos deben estar a temperatura ambiente. Mezclar la carne picada en un bol con el huevo, las especias, la leche, el pan rallado, el ajo prensado y el brandy. El alcohol en la receta evitará que las albóndigas absorban grasa en la hora de freírlas.
Forma albóndigas del tamaño de una pelota de ping pong.
Corta la cebolla en trozos pequeños. Ponga el vino en un frasco de vidrio y agregue la mayonesa.
Cierra la tapa y agita vigorosamente para obtener un liquido homogéneo. Deje a un lado.
Pon aceite de oliva en una sartén profunda y llévalo al fuego. Fríe las albóndigas en la grasa hasta que estén doradas, luego retire y coloque sobre papel de cocina para escurrir el exceso de grasa.
Para la salsa utilizaremos la misma grasa, pero para ello la colaremos por un colador para retirar los restos quemados. Ponga solo unas 3 cucharadas de la grasa, la otra no la necesitarás. Usa la misma sartén sin lavarla.
Calentar de nuevo el aceite, añadir la cebolla y sofreír hasta que esté dorada. Agregue una cucharadita de azúcar, revuelva y vierta el caldo. Deje hervir a fuego lento y vierta la mezcla de de vino y mayonesa del frasco.
Vuelva a poner las albóndigas en la sartén. Pica finamente un diente de ajo y unos ramilletes de perejil.
Agregue las especias secas a la salsa y deje a fuego medio durante 10 minutos.
Revuelva mientras tanto. Finalmente, cuando el liquido hierva, la salsa comenzará a espesar, agregue la mantequilla y el ajo. Deje unos minutos más y una vez que la salsa espese, retire del fuego.
Espolvorear con perejil fresco y servir. Las albóndigas con suntuosa salsa de cebolla son muy sabrosas.