Modo de preparación
Primero lavamos y limpiamos los membrillos, no tiramos las pepitas, las reservamos para poder utilizarlas más adelante.
Cortamos los membrillos limpios y lavados en pequeños cubitos y los ponemos en una cacerola grande. Echamos azúcar encima, tanto como los membrillos (medimos con un bol, yo tenia tres tazas de membrillos picados y tres tazas de azúcar). Dejamos reposar así durante una noche en la nevera.
Al día siguiente cogemos una olla con fondo antiadherente y echamos los membrillos que han liberado su jugo en la olla y añadimos un vaso de agua y un sobre de azúcar vainillado o extracto natural de vainilla.
Es el turno de las semillas/pepitas que habíamos reservado - en una toallita o bolsita de algodón, gasa o estopilla limpia ponemos las semillas, las atamos para que no se deshagan, y sumergimos en la cacerola con los membrillos - eso es lo que le dará a la mermelada este color rojo intenso tan bonito.
Llevamos al fuego medio y revolvemos periódicamente la mermelada de membrillos. Después de una hora, retiramos la bolsita con las semillas y continuamos cocinando por una hora más. En total son dos horas.
Distribuimos en pequeños frascos de cristal - limpios y secos. Cerramos bien y esterilizamos nuestra mermelada de membrillos durante aproximadamente 15 minutos.