Modo de preparación
Picar finamente el puerro y trocear el pimiento. Rallar las zanahorias.
Blanquear los guisantes en un poco de agua hirviendo con sal hasta que estén tiernos.
Calentar el aceite y saltear las verduras crudas con una pizca de sal y un poco de agua hasta que estén blandas. Agregar los guisantes y cocinar brevemente.
Poner 2-3 cucharadas de maicena, luego agregar un poco de agua (70 ml) y revolver bien. Esto unirá la mezcla para las croquetas. Tan pronto como obtenga una consistencia espesa, retire del fuego y sazone con las especias.
Deje enfriar y, si lo desea, refrigere por 30 minutos, esto facilitará para darles forma luego.
Mezclar la leche de coco con la harina, la maicena restante y un poco de sal. Debería obtener una suspensión, ni demasiado líquida ni demasiado espesa, así que agregue más leche o más harina si es necesario para lograr la consistencia deseada.
Forme su mezcla de croquetas en bolitas (hago tantas como mi puño cerrado pueda contener). Échalas en la papilla con una cuchara para que la bola quede completamente cubierta, luego pásalas por el pan rallado y espolvoréalas por encima. Espera un poco a que se endurezca y vuelve a rebozar, de lo contrario corres el riesgo de que se deshaga.
Disponer las croquetas terminadas en una bandeja cubierta con papel de horno. Espolvorear con aceite de oliva o de girasol y hornear en horno fuerte (240 grados) durante 10 minutos. El tiempo depende del tamaño de las croquetas, así que vigílelas: en cuanto se doren, estarán completamente listas.
Para la salsa, mezcle la leche de soya colada con jugo de limón y un poco de sal, si lo desea, agregue ajo rallado para más sabor.
Sirve las croquetas calientes con la salsa.