Modo de preparación
La levadura y el azúcar se disuelven en el agua ligeramente tibia. Mezclar bien y sin esperar a que se forme espuma, añadir el yogur al líquido, batir los huevos (sin una yema, que se reserva para untar al final) y 60 g de la mantequilla muy blanda o ligeramente derretida.
A todo esto, tamizar la harina con la sal y amasar con una batidora con accesorios para masa durante al menos 5 minutos.
Si es demasiado blanda y pegajosa, se espolvorea un poco más de harina y se continúa amasando hasta lograr la elasticidad. El objetivo es mantener la masa lo más suave posible para obtener un pan brioche realmente esponjoso y que se derrita en la boca.
El amasado es más difícil, porque al principio se pega mucho, y por eso se recomienda hacerlo con el aparato, pero las amas de casa más experimentadas pueden lograr el efecto a mano.
La masa de brioche salado se forma en una bola, se engrasa y se deja en el bol para que suba hasta que doble su volumen (aproximadamente 1 hora).
En una superficie ligeramente enharinada, amase brevemente la masa levantada. Deje reposar de 5 a 10 minutos y divídela en 7 bolas. Cada una se unta generosamente con mantequilla y se extiende lo más finamente posible. Se espolvorea con queso desmenuzado y se enrolla o se dobla en un paquete y luego se enrolla.
Cada bola de masa formada y rellena se coloca a corta distancia en un molde redondo cubierto con papel de hornear. Se deja leudar de nuevo en un lugar cálido durante 40 minutos o hasta que duplique su volumen y todos los espacios vacíos estén llenos (bandeja de unos 23 cm de diámetro)
El pan brioche esponjoso se unta con una yema batida con un poco de agua y se hornea hasta dorar en horno precalentado a 190 grados, rejilla baja.
Al servir el brioche salado con mantequilla y queso se rompe con las manos en lugar de cortar con cuchillo, come mientras aún está caliente cuando es irresistiblemente fragante, esponjoso y se derrite en la boca.
¡Buen provecho!