Modo de preparación
Una receta con la que no descubriremos nada nuevo, solo recordaremos el sabor de nuestro calabacín frito favorito en forma de palitos que podemos comer mojándolos en una rica salsa.
Para que queden crujientes, utilizamos pan rallado, así los palitos no se ablandan.
Cortar el calabacín en bastones de unos 7-8 cm de largo y unos 7-8 mm de grosor (quizás un poco más finas). ¡No hay que poner sal!
En tres platos separados, preparar los huevos batidos, la harina y el pan rallado, y calentar el aceite a fuego moderado.
Pasar los palitos primero por harina, luego por huevo y finalmente por pan rallado.
Freír hasta que estén dorados y retirar sobre papel de cocina para que absorba el exceso de grasa.
Salar los calabacines rebozados justo antes de servir para mantenerlos lo más crujientes posible.
Servir los palitos de calabacines fritos con una salsa de crème fraîche mixta con zumo de lima, pimienta blanca y sal al gusto.
Si no puede encontrar crème fraîche, use crema agria. No es tan espesa como la crème fraîche, pero aun así hace un gran trabajo.
¡Buen provecho!