Modo de preparación
Disolver la levadura en la mitad del agua ligeramente calentada con dos cucharadas de harina y azúcar. Cubrir con una toalla y dejar leudar durante 7-8 minutos.
Tamizar la harina en un bol y añadir el agua restante, el aceite de oliva y el vino.
Añadir la levadura leudada y amasar una masa suave y elástica. En el proceso de amasado, añade la sal por partes y espolvorea más harina si se te pega. Sin embargo, no exagere para que la masa no se endurezca.
Formar una bola, pincelar con un poco de aceite y volver a poner en el bol, envolviendo con un paño de cocina. Dejar en un lugar cálido hasta que triplique su volumen durante 40 minutos.
Estirar la masa leudada en una fina costra redonda de unos 0.5 cm y transferirla a una bandeja ancha cubierta con papel de horno.
Hacer agujeros/muescas con las yemas de los dedos sin perforar la masa por completo. Dejar leudar de nuevo durante 30 minutos en un lugar cálido.
Para untar la focaccia, mezclar la harina, el agua y el aceite de oliva y con esta pasta fina, con un pincel de silicona, con mucho cuidado y sin presionar, pincelar la superficie.
Esparcir el romero y la sal en escamas y meter en el horno a 180 ºC durante 20-25 minutos o hasta que esté ligeramente dorada.
Cubrir el pan terminado con un paño limpio durante 4-5 minutos para que se ablande, pero no más, para que no se humedezca demasiado por el vapor, aún debe quedar crujiente.
¡Buen provecho!
