Modo de preparación
Recorte los extremos de los calabacines, lávelos y córtelos en tiras a lo largo con una mandolina. Que no sean muy finas, pero tampoco gruesas (2.5-3 mm.)
Pincelar con aceite, sal y hornear en un horno precalentado a 200 grados hasta que se ablanden y adquieran un bronceado apenas perceptible.
Retirar el calabacín del horno para que se enfríe y no se queme mientras enrolla los rollitos.
Mientras tanto se hace el relleno, que queda muy aromático y sabroso.
Si utiliza setas o champiñones deshidratados, hidrátelos previamente hasta que se hinchen y ablanden. Si son frescos, limpiarlos. Picar finamente los champiñones y los puerros.
También añadiremos al relleno los extremos de los calabacines, los del lado de la piel que nos quedaron al cortar, ya que sería difícil enrollarlos en un rollo, y si llegamos al final con la mandolina, hay riesgo de cortarnos nosotros mismos, así que los dejo para el relleno.
Cortarlos en cubos pequeños.
Calentar el aceite y freír los dados de calabacín hasta que estén tiernos, luego agregar los champiñones, los puerros, la sal y cocinar hasta que las verduras estén listas.
Verter las cucharadas de nata y el vino. Remover brevemente para evaporar el alcohol, retirar del fuego y agregar los quesos para que se derritan o más bien ablanden.
Cuando la temperatura baje un poco, agregar los huevos, mezclar bien para que se forme como una crema en lugar de huevos revueltos.
Enrollar las tiras de calabacín, dejando un hueco para poner el relleno.
Yo prefiero ponerlas de pie, pero si quieres, puedes ponerlos tumbados.
Rellenar con dos cucharadas del relleno y colocar los rollitos de calabacín en la misma bandeja.
Hornear por otros 10 minutos o hasta que el relleno de champiñones esté firme y tenga un bronceado apetitoso.
Servir los rollitos de calabacín como aperitivo caliente.
¡Disfrute de su comida!