Modo de preparación
Para que los componentes del plato estén listos al mismo tiempo, es necesario cocinarlos juntos y coordinar bien las acciones. Básicamente, es muy fácil y rápido, y el resultado es maravilloso.
Comience derritiendo la mantequilla a fuego lento. En otra olla en la estufa, calienta agua a fuego moderado para que no llegue al punto de ebullición.
Puede escalfar los huevos de la manera estándar, agregando sal y vinagre al líquido y machacándolos. Los hago de 4 en 4, no todos a la vez.
Estarán listas cuando la clara esté completamente blanca y la yema tenga una costra por fuera y esté ligeramente cremosa por dentro. Por supuesto, esto es cuestión de gustos y puedes mantener los huevos en el agua por más tiempo para que se hagan a tu gusto.
La otra opción es engrasar ligeramente 6 u 8 trozos de film transparente, romper 1 huevo en cada uno, espolvorear con un poco de sal y juntar los extremos del film transparente en un manojo, retorciendo para evitar que se abra.
Así que sumerja cada huevo y sujete los extremos al borde de la olla, dejando que se cocinen solos hasta el punto de cocción deseado.
Mientras tanto, retira la mantequilla ya derretida del fuego y en otro recipiente a fuego lento o al baño maría (la temperatura no debe exceder los 70 grados), bate las yemas con el jugo de limón y el agua.
De la interacción de estos ingredientes, notarás como comienza a emulsionarse. Luego comience a echar la mantequilla muy lentamente y en un chorro fino, sin dejar de remover intensamente.
Agrega la sal y la pimienta negra.
La salsa continuará espesándose y emulsionándose hasta que esté perfectamente suave y cremosa.
Coloque los huevos escalfados terminados en el paño de servir y vierta sobre la deliciosa salsa holandesa.
Los huevos escalfados con salsa holandesa deben comerse calientes.
¡Disfrute de su comida!