Modo de preparación
Comenzamos con la preparación de los membrillos.
Precalentamos el horno a 150 grados.
Combinamos el agua, el azúcar y el Gran Marnier en un horno holandés grande u otra fuente grande resistente al horno con tapa (se puede cubrir con papel de aluminio). Raspamos la vaina de vainilla y agregamos a todo lo demás.
Pelamos y descorazonar los membrillos, luego cortamos a lo largo en rodajas o cuartos finos. Agregamos los membrillos a la fuente de horno. Tapamos y cocinamos a 150°C durante 1 y 1/2 horas.
Cuando hayas terminado de cocinar, déjalos a un lado para enfriar en el líquido de escalfado. Déjalos reposar al menos hasta que se enfríen lo suficiente como para arreglarlos.
Procede a hacer la masa de mantequilla con harina de algarroba colocando todos los ingredientes en un bol o en una batidora y formando una bola lisa, que colocarás en el frigorífico para que repose envuelta en film transparente durante unos 30 minutos.
Para hacer la crema, en un bol ponemos el mascarpone con el azúcar y batimos un poco para que se suavice, añadimos los huevos y la nata, batimos hasta que quede suave y terminamos con el resto de ingredientes.
Precalentamos el horno a 180 ºC.
Extendemos la masa de mantequilla con harina de algarroba y la ponemos en un molde para tarta.
Añadimos la nata al mascarpone y terminamos disponiendo encima los membrillos.
Horneamos la tarta de frutas en el horno precalentado a 180 ºC durante 45 minutos.
¡Servimos el pastel de membrillo frío y disfrutamos de esta receta original de pastel sin gluten!
Consejo:Puedes hacer el pastel solo con membrillos escalfadas sin la crema de mascarpone.