Modo de preparación
Lavar bien los calabacines y, sin pelarlos, cortarles los extremos y cortarlos transversalmente en trozos de 4-5 cm de alto.
Ahueque cada tocón sin llegar hasta la base y dejando 2-3 mm de espacio al lado de la corteza.
Disponer las copas de calabacín en una fuente ligeramente engrasada, espolvorear con un poco de aceite de oliva y hornear a 200 grados en horno precalentado hasta que estén dorados (25-30 minutos).
Mientras tanto, picar finamente el interior ahuecado y freír en una sartén con un poco de aceite de oliva y sal. Una vez que los trozos de calabacín se hayan ablandado, sazone con orégano y pimienta negra y cocine hasta que estén ligeramente dorados. Dejar enfriar.
Casca los huevos en la pulpa de calabacín ya enfriada y mezcle. Desmenuce el queso por dentro y rellene los calabacines horneados con esta mezcla.
Regrese al horno a la misma temperatura y hornee por 15 minutos o hasta que estén dorados.
¡Disfrute de su comida!