Modo de preparación
Bate la mantequilla blanda con el azúcar y, sin dejar de batir, agrega los huevos de uno en uno, seguido del yogur, el requesón y la vainilla.
En cuanto consigas una mezcla homogénea (quedarán pequeños grumos de requesón, pero no te preocupes por eso), añade la harina, tamizada con la levadura, por partes.
Colocar papel de horno en un molde de tarta adecuado o engrasar y enharinar su superficie. Coloque los albaricoques cortados por la mitad en el fondo y vierta sobre la salsa de caramelo. Vierta la mezcla de pastel sobre ellos y colóquelos en un horno con ventilador precalentado a 175 grados. Hornee unos 35 minutos o hasta que al pinchar con un palillo, éste salga seco.
Retire el pastel del molde y déjelo enfriar sobre una rejilla. Si no usaste papel para hornear, es posible que los albaricoques se queden pegados al fondo del molde, pero no es u problema, puedes volver a ponerlos en el pastel.
Mientras se enfría, preparar el glaseado mezclando la mermelada, el agua y el azúcar y poner al fuego hasta que hierva. Una vez que esto suceda, retira del fuego y deja remojar las hojas de gelatina en agua fría unos 3 minutos (yo uso una que se hidrata de 2 a 4 minutos, pero puedes consultar el tiempo que indica el fabricante).
Escurre bien la gelatina del agua y viértela en la mezcla aún tibia, revuelve para que se derrita y extiende la superficie del bizcocho con una cuchara. Tan pronto como se enfríe, está listo para comer.
Sirva con yogur o una taza de café caliente.
¡Buen provecho!
