Modo de preparación
Recuerdo esta dulce tentación de mi infancia, cuando no había tanta variedad de caramelos y postres como hoy en día.
Mi abuela y mi madre preparaban este llamado sheker gitano, y nosotras (yo y mi hermana) esperábamos impacientes, luego lo atacábamos y comíamos muy a gusto.
Hasta el día de hoy, es mi favorito y lo prefiero a los dulces comprados en el supermercado.
Es fácil y relativamente rápido de hacer, dependiendo de la cantidad que estés haciendo.
Se pone agua y azúcar en un cazo a hervir a fuego alto. Cuando comiencen a formarse burbujas, reduzca el fuego a medio y cocine hasta que esté de color ámbar y espese.
Mientras tanto, prepare una superficie plana sobre la cual vierta el caramelo. Puede ser una bandeja ancha, una capa de papel de horno o directamente sobre una encimera de mármol, bien limpia. La superficie se unta con aceite, evitando así que se pegue.
Las nueces se colocan a distancia y la mezcla de caramelo terminada se vierte uniformemente sobre ellas. Si usa nueces pecanas, se tuestan previamente brevemente en una sartén seca, ya que son más blandas. Generalmente pongo las nueces normales crudas.
Así se deja enfriar el sheker gitano. Se endurece y queda crujiente y muy sabroso.
Para partirlo en trozos y porciones correctas, se puede marcar ligeramente con un cuchillo, por ejemplo, en cuadrados, y esto se hace cuando aún no está completamente endurecido.
En el caso de que se prepare una cantidad mayor que no se vaya a consumir inmediatamente, se añaden dos gotas de jugo de limón a la mezcla de caramelo aún líquida. De esa forma no se pondrá azucarado. Otro truco para conservar el caramelo por más tiempo es untar la parte superior con aceite de girasol o aceite de oliva, esto evitará el contacto con el aire y un eventual reblandecimiento.
¡Buen provecho!