Modo de preparación
Disuelva la levadura con el azúcar en la leche ligeramente tibia. Vierta 150 gramos de harina y mezcle hasta obtener una papilla. Cúbrela con un paño limpio y déjala en un lugar cálido durante 15 minutos.
Tamizar el resto de la harina (250 g) en un bol y hacer un hueco en el que se vierte la mitad de la mantequilla derretida, la levadura activada, el requesón, la sal y la crema agria.
Amasar la masa, añadiendo un poco de la mantequilla restante (reservando un poco para untar), espolvoreando un poco de harina hasta obtener una masa suave, elástica, medio-blanda y no pegajosa.
Formar una bola, engrasar y poner en el bol durante unos 40 minutos, envolviendo con un paño. Debería duplicar su volumen.
Estirar la masa leudada hasta formar un disco fino, untar con el resto de la mantequilla y espolvorear con queso rallado.
Enrollar, aplanar y extender, no demasiado fino para que las capas no se rompan.
Cortar tiras de unos dos dedos de grosor, hacer un nudo con cada una y colocarlas espaciadas en una bandeja para horno forrada con papel de hornear (22 cm de diámetro). Dejar nuevamente en un lugar cálido durante al menos 1 hora.
Pincelar la pogacha con una yema batida con un poco de agua y hornear a 180 grados durante 35 minutos o hasta que esté bien dorada.
Después de sacarla del horno, retirar la pogacha esponjosa del molde y dejarla enfriar sobre una rejilla. Esto se hace para no humedecer el pan y poder enfriarlo uniformemente.
¡Disfrute de su comida!
La pogacha esponjosa de queso está lista para servir.