Modo de preparación
Mezclar en un bol la leche ligeramente caliente, la levadura, el azúcar y 150 g de harina. Cubrir la suspensión resultante con un paño y dejar reposar durante 10 a 15 minutos.
Tamizar el resto de la harina en la mezcla esponjosa, añadir las cucharadas de sal, el parmesano, el aceite de oliva y las especias.
Amasar una masa elástica suave y dejar reposar en un lugar cálido durante 40 minutos, luego amasar nuevamente.
Formar tres mechas idénticas a partir de la masa leudada y cortar cada una en unos 15-18 trozos.
Engrasar o forrar un molde de pan o un molde rectangular para bizcochos de 1 litro de capacidad con papel de hornear.
Con los trozos de masa de la primera mecha, forme bolitas; no es necesario que sean exactamente del mismo tamaño ni que tengan la forma perfecta. Colócalas en el fondo del molde, dejando algo de espacio. Untarlas con mantequilla derretida y espolvorear con un poco de queso rallado.
Con la segunda mecha, también forme bolitas y colóquelas encima de las demás, engrase con aceite y espolvoree generosamente con queso. Terminar disponiendo una tercera capa de bolas de la última mecha y engrasarlas únicamente. Reservar el resto del queso.
Dejar reposar el pan moldeado en un lugar cálido durante 40 minutos - 1 hora. También puedes meterlo en un horno precalentado a 40 grados.
Hornear el pan durante unos 35 minutos en un horno precalentado a 180 grados. Si notas que empieza a dorarse demasiado, cúbrelo con papel de aluminio.
Espolvorear el pan con el resto del queso y volver a meterlo en el horno durante 2-3 minutos para que se derrita.
Servir el pan de queso dorado caliente en el centro de su mesa para que todos en la mesa puedan darle un mordisco a las esponjosas bolas de queso con una corteza ligeramente crujiente.
¡Buen provecho!