Modo de preparación
Necesitamos un trozo de papel de horno rectangular, muy bien untado con aceite o grasa neutra.
Independientemente de qué frutas se vayan a caramelizar, nunca se pelan, porque si se pelan o se cortan por la mitad, su humedad interna impedirá una buena caramelización.
Las manzanas, si se compran en la red de tiendas, deberán procesarse con antelación. Vierte suficiente agua en una olla honda y déjala hervir al fuego. Retira del fuego y sumerga las manzanas durante unos 30-40 segundos. Esto eliminará la capa de cera que tienen normalmente. Si son del huerto de casa no es necesario procesarlas previamente.
Sácalas con una espumadera y sécalas muy bien por todos lados. Quítales el pedúnculo. Perfora las frutas con un pincho de madera grueso o con un palito de madera para helado. Deje a un lado.
Se vierte azúcar en una cacerola profunda. Agregue el agua, el colorante alimentario, el jarabe de maíz o partes iguales de glucosa, canela y vainilla. Mezclar hasta homogeneizar. Lleve la mezcla a ebullición a fuego moderado, reduzca el fuego y cocine a fuego lento hasta que alcance los 140 grados. Esto tardará entre 10 y 12 minutos.
Si no tienes termómetro de cocina, en un momento saca un poco de la mezcla hirviendo y coloca la cuchara en agua fría, y si cristaliza y forma una bola de azúcar, significa que se ha alcanzado la temperatura. Retire del fuego.
Cada manzana se agarra por el mango de madera adjunto y se coloca en el caramelo. Dar la vuelta unas cuantas veces, sacar, dejar escurrir la mayor parte del caramelo y colocar sobre papel de horno.
La temperatura correcta es de gran importancia para hacer unas buenas manzanas caramelizadas. Después de enrollarlas en el caramelo y sacarlas a enfriar, y una vez que estén completamente frías, deben quedar de un color brillante, rojo espejo u otro color, es opcional.
Opcionalmente, se pueden decorar con palitos/fideos de colores.
Las manzanas caramelizadas se dejan enfriar a temperatura ambiente.