Modo de preparación
Untamos con mantequilla un molde de tarta de 16 cm de diámetro y 6 cm de alto. Forramos con papel de hornear.
Troceamos las galletas. Deben quedar con el tamaño de unas almendras.
En un bol, batimos la mantequilla y el azúcar hasta que quede cremoso.
Derretimos 110 g de chocolate al baño maría y añadimos a la crema de mantequilla, batiendo constantemente a velocidad baja de la batidora. Agregamos el huevo y batimos hasta que se absorba por completo. Agregamos las galletas trituradas y mezclamos suavemente hasta que todas las piezas queden cubiertas con la mezcla de chocolate.
La mezcla se vierte en el molde, se prensa bien, se rellenan los huecos y se deja en el frigorífico 3 horas. De esta forma, los trozos de galleta podrán absorber la mezcla de mantequilla.
Fundimos 220 g de chocolate al baño maría.
Sacamos la tarta del frigorífico y le damos la vuelta para que la parte inferior, que es más plana, se convierta en la parte superior.
Cubrimos con chocolate fundido, alisando ligeramente con la espátula de paleta.
La tarta se transfiere a un plato para servir y se deja en el frigorífico para que cuaje el chocolate.
Formamos un embudo con papel de horno y ponemos en él 30 g de chocolate fundido, nos servirá como decoración ligera encima. Despues de decorar, volvemos a colocar la tarat en el frigorífico.
La tarta de galletas se corta en trozos finos, sumergiendo el cuchillo en una taza de agua caliente antes de realizar cada corte.
Nota: El chef real Darren McGrady comparte que este pastel de chocolate es también el pastel favorito de la reina Isabel para el té de la tarde. El mismo pastel fue elegido por el príncipe William como pastel del novio para su boda.
Puede que a muchos no les agrada el huevo crudo en la receta, lo cual no sería un problema, ya que se puede mezclar con chocolate caliente y así ya no será completamente crudo.
La tarta es muy simple, fácil de hacer y con un sabor perfecto a galleta crujiente y delicioso chocolate.
