Modo de preparación
Cortamos el Provolone en bloques o piezas en forma del recipiente donde lo hornearemos. En mi caso, he utilizado 2 cazuelas de barro con el tamaño de 2 rodajas de queso estándar de los que venden por piezas individuales (cada una con un peso de 130-150 g).
Espolvoreamos con orégano y colocamos unos tomates cherry enteros o partidos por la mitad.
Sobre cada tomate ponemos unas cucharaditas de pesto de albahaca e introducimos las cazuelas en el horno precalentado a 200-220 grados hasta que se derrita el queso. El truco es de hacer el provolone a temperatura alta durante poco tiempo (10 minutos máximo).
Servimos el antipasti de queso derretido caliente con unas tostadas de pan.
¡Buon appetito!