Modo de preparación
Las mollejas de cordero son un majar que merece especial atención. Son tiernos y muy sabrosos, sobre todo preferidas como aperitivo a la cerveza o al vino.
En esta receta de aperitivo para acompañar la cerveza las presentaré fritas en mantequilla.
El primer y muy importante paso para preparar las mollejas para el consumo es lavarlas y quitarles las partes blancas. Son membranas grasas y muy finas y simplemente se tiran para quitarlas. En algunas partes de la molleja se pueden encontrar coágulos de sangre, que también se eliminan.
Una vez limpias, colocarlas en un bol grande con agua fría, en la que previamente has puesto una cucharada de vinagre o zumo de limón.
Dejar así durante 1 hora y luego escurrir.
En un principio se pueden cocinar a partir de ahora y directamente, pero es recomendable escaldarlas brevemente. Esto se hace hirviendo agua en una cacerola y poniendo las piezas de cordero dentro durante uno o dos minutos. Si los quieres en trozos más pequeños, los puedes cortar con unas tijeras de cocina.
Retirar con una espumadera o vierta en un colador grande. Agregar un poco de sal y pimienta.
Calentar el aceite en una sartén y rehogar las mollejas hasta que estén ligeramente doradas. Reducir el fuego, añadir la mantequilla y dejar sofreír en baño de mantequilla.
Añadir las cebolletas verdes y ajos tiernos picados finamente, así como la menta, y sofreír todo hasta que las verduras estén tiernas y las mollejas estén completamente cocidas (unos 15 minutos, dependiendo de si los trozos son más grandes o más pequeños.)
Si es necesario, agregue un poco más de aceite para evitar que la mantequilla adhiera un bronceado oscuro.
Servir las mollejas fritas calientes, espolvoreadas con pimienta negra y cebolletas verdes picadas.
¡Un placer para los sentidos son estas mollejas de cordero fritas!
¡Buen provecho!