Modo de preparación
Las cremas de verdura son una manera perfecta de cocinar algo rápido, sabroso y saludable. También pueden convertirse en un aperitivo sofisticado extremadamente hermoso cuando se sirven en platos adecuados y se decoran de manera adecuada.
Entre las más preferidas están las cremas de calabaza, ya que permiten muchas combinaciones diferentes. En nuestro caso, armonizamos el agradable dulzor y la suavidad de la calabaza con el salado del prosciutto y el aromático parmesano.
No hay patatas en esta sopa para espesar más, por lo que es aterciopelada, suave, aireada y ligera.
Primero, pelar y picar la chalota y el ajo. Freírlos durante 3-4 minutos en aceite de oliva, luego agregar la calabaza en trozos pequeños. Para cocinarla más rápido, también puedes rallarla. Agregar una pizca de sal y cocinar a fuego lento durante 10 minutos, revolviendo periódicamente. Si lo crees necesario, añade un poco más de aceite de oliva.
Después de que la calabaza se haya ablandado (si la rallaste, notarás como su volumen ha disminuido casi a la mitad), vierte el agua, un poco más de sal y las especias. Cocine tapado durante 20 minutos a fuego moderado.
Retire del fuego, vierta la leche y agregue 2 cucharadas llenas de parmesano en polvo. Haga puré hasta que quede perfectamente suave y, si es necesario, diluya la sopa con más leche o nata.
Tueste las pipas de calabaza muy brevemente en una sartén seca (no puede evitar agregar algo crujiente a una sopa cremosa y suave).
Servir en platos hondos, espolvorear con un poco de aceite de oliva, las pipas de calabaza y una cucharada de parmesano en polvo.
A cada porción, agregue el prosciutto en lonchas o tiras finas enrolladas como rosas.