Modo de preparación
Las fresas se limpian y muelen junto con azúcar y el queso quark. En ausencia de quark, se puede reemplazar con ricotta o requesón.
La cantidad de azúcar puede variar según lo dulces que sean las fresas, o en resumen, si usas las frutas en su temporada, cuando están más ricas y dulces, puedes reducir un poco la cantidad de azúcar.
Colocar la gelatina en un recipiente con agua fría para hidratar durante 2-3 minutos. Mientras tanto, el agua se calienta ligeramente a 60-70 grados y se colocan las hojas de gelatina hinchadas e hidratadas, bien escurridas. Se mezcla.
La mezcla de gelatina transparente se echa en la mezcla de fresas, se revuelve bien y se refrigera por 30 minutos o hasta que tenga una consistencia cremosa firme y esponjosa (ni sólida ni líquida).
La nata se monta hasta obtener nieve esponjosa y se añade a la mezcla de fresas con movimientos suaves de la espátula para mantener su volumen.
Aquí es el momento de darte un consejo: si la mezcla con las fresas está más espesa de lo deseado, entonces bátela con la batidora para que se vuelva cremosa y se absorba mejor por la nata.
La mousse preparada se puede verter directamente sobre la parte superior de su pastel y poner en el refrigerador para que se asiente durante 4 horas.
Esponjosa, aireada y ligera es esta mousse de fresa para tartas y pasteles. En cuanto a su sabor, les dejo la sorpresa. Es precioso para mí gusto.
También es adecuada para servir en tazas como postre individual.