Modo de preparación
Picar finamente media cebolla grande.
Reservar la mitad para la salsa de nata y poner la otra mitad con la carne picada.
Añadir a la carne picada la pimienta, comino, sal, pan rallado y perejil picado.
Cascar un huevo y amasar bien la carne picada, luego refrigerar durante al menos 2 horas.
Pelar y cortar las patatas en bastones gruesos.
Ponerlas en una bandeja en una capa, verter aceite, sal y un poco de agua (pero no mucha) y mezclar.
Colocar en el horno a 200 grados y hornear por 25 minutos o hasta que veas que están suaves, comenzando a formar una costra, pero aún no están doradas. El líquido debería haberse evaporado casi por completo.
Mientras se hornean las patatas, sofreír en aceite la otra mitad de la cebolla junto con el ajo.
Verter la nata, la sal y el queso fundido cortado en trocitos pequeños.
Dejar que la salsa hierva a fuego lento durante 5-8 minutos.
Dale forma a las albóndigas del tamaño que quieras.
Cuando las patatas estén cocinadas al grado descrito anteriormente, retirar la bandeja del horno y echar la salsa de nata sobre ellas. Remover suavemente para que no se rompan.
Colocar las albóndigas encima y rociarlas ligeramente con aceite para evitar que se sequen durante el horneado.
Volver a meter la bandeja en el horno a la misma temperatura y hornear durante 25-30 minutos o hasta que las albóndigas estén bien doradas.
No se recomienda hornear demasiado si quieres que las albóndigas permanezcan jugosas.
Servir las albóndigas de carne con patatas, nata y queso fundido calientes.