Modo de preparación
Poner el azúcar y 40 g de avellanas en una batidora o en un aparato adecuado para triturar fino. Triturar hasta obtener un polvo fino. También se puede utilizar azúcar en polvo ya preparado y avellanas molidas.
Se tamiza la harina en un bol con el cacao y la mantequilla blanda en trozos, se les añade la yema de huevo y la mezcla de azúcar y avellanas.
Amasar una masa tersa y suave, a la que se le da forma de bloque, se envuelve con film transparente y se coloca en el frigorífico durante 20 minutos.
La masa endurecida se extiende entre dos placas de silicona o una placa y una capa de papel de hornear encima. El espesor de la corteza debe ser de 3 mm.
Tal cual, déjala en el frigorífico sobre una superficie plana, nuevamente durante un mínimo de 20 minutos. No te saltes estos pasos porque de lo contrario será difícil darle forma a las galletas de cacao debido a la masa blanda. Ni siquiera hace falta añadir más harina para hacerla más compacta, ya que no queremos que las galletas queden duras, sino muy quebradizas, tiernas y que se deshagan en la boca.
Saca la corteza apretada del frigorífico, retira la capa superior y corta las galletas con la forma que quieras. Colócalos en una bandeja cubierta con papel de horno y pega media avellana encima de cada galleta. Si las avellanas no están crudas o están más tostadas, humedécelas para que no se doren mucho en el horno.
Los recortes de masa se vuelven a juntar en un bloque y se guardan en el frigorífico.
Hornea la primera bandeja de galletas de chocolate con avellanas durante 10-12 minutos en un horno precalentado a 180 grados.
Se repite el procedimiento con la segunda mitad de la masa.
¡Delicias a las que no podrás resistirte mientras aún estén calientes!