Modo de preparación
Tamizar la harina con el polvo de hornear en un bol. Añadirle las claras ligeramente batidas con azúcar (no deben convertirse en nieve). Agregar la mantequilla, el azúcar de vainilla y la ralladura de limón y mezclar con una cuchara de madera.
Transferir la masa a una superficie enharinada y espolvorear un poco más de harina si está demasiado suave, pero lo suficiente para evitar que se pegue a los dedos y a la superficie. Formar una bola con la masa y refrigerar durante 1 hora.
Arrancar trozos del tamaño de una nuez de la masa endurecida. Hacer una bolitas y aplanarlas hasta obtener una galleta fina (se elevará más tarde al hornear). Puedes presionar la parte superior con un tenedor para una apariencia más bonita.
Disponer las galletas en una bandeja forrada con papel de hornear, dejando espacio entre cada una. Obtendrás 3 bandejas del estándar de cada horno. Hornear cada porción durante 10 a 12 minutos o hasta que estén ligeramente doradas.
Dejar que las galletas se enfríen, y cuando lo hagan, fundir el chocolate con la mantequilla y un poco de nata al baño maría o a fuego muy lento en una olla metálica de fondo grueso. Agregar suficiente leche para obtener una consistencia espesa y pegajosa.
Colocar una cucharada de chocolate sobre la parte inferior de una galleta y pegar con otra galleta. Colocarlas sobre papel de cocina o papel de aluminio.
Diluir el chocolate restante con más nata para que quede más líquido, si es necesario añade más cantidad de la especificada. Dibujar con él las galletas pegadas y dejar así 1-2 horas para que endurezca bien.
En lugar de chocolate, puedes usar mermelada de tu elección para rellenar y pegar las galletas, pero la única condición es que sea espesa y pegajosa. Otra muy buena opción es pegar con dulce de leche, ¡queda buenísimo!
*Si las galletas no se consumen el mismo día es bueno guardarlas en un recipiente cerrado para que no se endurezcan demasiado. En verano, cuando hace mucho calor, refrigerar en un recipiente bien cerrado, por el chocolate, para que no se ablande. Es una buena idea no apilarlas uno encima de otra si el chocolate de encima no está lo suficientemente endurecido.