Modo de preparación
Lavamos las frutas y les quitamos los tallos (no los tiramos). Deshuesamos las guindas (yo usé una maquinilla especial para este fin). Limpiamos los huesos en el recipiente en el que los cocinaremos para conservar el jugo de la fruta.
No te preocupes si rompes la integridad de las guindas al limpiar los huesos.
Cubre las frutas limpias con agua y ponlas al fuego a hervir durante unos 30 minutos a fuego medio hasta que estén completamente blandas. Después de eso, cuele el sirope a través de un colador o una gasa fina.
Agrega el azúcar y vuelva a poner al fuego. Remueve el sirope hasta que el azúcar se derrita y déjalo hervir durante otros 4-5 minutos.
Cuando espese retira del fuego y deja reposar 30 minutos.
Reparte el el sirope preparado en botellas. A mi me salieron 10 botellas pequeñas. Para tener variedad de aromas, decidí agregar una nota de fragancia en cada uno de ellos. En cuatro puse una hoja de geranio, en las otras tres puse la vainilla, y en las tres restantes una ramita canela. Hervir las botellas durante 5 minutos al baño maría.
El sirope de guindas es un concentrado, lo que nos permite diluirlo a nuestro gusto con la cantidad de agua que queramos.
* No tire los tallos de las guindas (Primus cerasus L.), guárdelos y séquelos en un lugar fresco y sombreado. Su acción es reconfortante y catártica. Se utilizan para aliviar problemas como la dificultad para orinar, cálculos renales y la vejiga.