Modo de preparación
Pelar los albaricoques, lavar, escurrir y cortar en trozos. Espolvorear con azúcar y dejar reposar durante 3-4 horas. Utilizo la variedad blanca de albaricoques porque son más tiernos, suaves y etéreos. Si prefieres la otra variedad que son de color más anaranjado, asegúrese de que las frutas estén muy bien maduras.
Coloque los frascos de cristal, bien lavados (6-7 frascos con 300-400 ml de capacidad) en un horno precalentado a 150 grados durante 6-7 minutos, luego apague el horno y déjelos adentro para que se mantengan calientes. También lave las tapas y esterilizarlas en agua hirviendo durante 10 minutos, luego seque bien.
Ponga la fruta con el azúcar al fuego. Agregue la vainas de vainilla quitando sus semillas con un cuchillo bien afilado y colocando tanto las semillas como las vainas en la olla. Cocine a fuego medio durante 40 minutos, exprimiendo el jugo de limón durante los últimos 10 minutos (el limón no debe ser muy grande).
Opcionalmente, puede agregar una substancia gelificante como agar agar para hacer la mermelada más espesa, pero yo personalmente no hago eso. Hierva a la densidad deseada de la mermelada, teniendo en cuenta que una vez se enfríe, espesará aún más.
Triturar el dulce de frutas para convertirlo en una mermelada (no te olvides de retirar las vainas de vainilla) e inmediatamente verter la mermelada de albaricoques en los frascos calentitos , llenándolos casi hasta el borde, cerrar bien y dar la vuelta. Trabaja con guantes de cocina para no quemarte con el calor de los tarros que sacas directamente del horno.
Dejar reposar unas horas (5-6 horas, pero yo dejo toda la noche) los frascos invertidos, luego guárdalos en un lugar fresco y oscuro.
Utilice esta fragante mermelada de albaricoque para deliciosos pasteles, relleno para dulces de la repostería y bollería o simplemente para un delicioso desayuno de pan tostado con mantequilla y mermelada.
¡Disfrutar!
