Modo de preparación
Corta el hígado en lonchas de 2 cm de grosor (debe estar frío, recién sacado del frigorífico). Utilice un cuchillo muy bien afilado. Si hay venas en la superficie, retírelas. Deje reposar a temperatura ambiente durante 30 minutos, tapado con film transparente y un paño por encima para que no tenga contacto con la luz y cambie de color.
Caliente una sartén antiadherente a fuego muy alto. Si te preocupa que se te pegue, puedes engrasar ligeramente el fondo con aceite de oliva.
Una vez que la sartén esté lo más caliente posible, solo entonces coloca tos trozos de foie. Dado que más de 90 % está compuesto por grasa, comenzará a derretirse y a freírse, por lo tanto, no salar previamente para no hacer que se derrita más de lo debido. Freír durante 30 segundos por cada lado. También depende de las preferencias de cada uno, así que si quieres, puedes cocinarlo un poco más de tiempo. El hígado de ganso ideal está bien sellado por fuera y tierno y frágil por dentro.
Retire el hígado sobre papel de cocina para que absorba el exceso de grasa, luego espolvorea con sal en escamas y pimienta negra recién molida. Puedes poner sobre unas rodajas de pan tostado o disponer en un plato en compañía de la mermelada de tu elección (por ejemplo de arándanos).
Otra excelente manera de preparar el foie es pasarlo por azúcar glass y ponerlo en el congelador por un tiempo. Luego retirar y dejar a temperatura ambiente. Así se humedece el azúcar y al freír se forma una costra.
En este caso, el hígado se sella como esta descrito anteriormente y se obtiene una increíble costra de caramelo.
Comer siempre caliente, porque cuando se enfría pierde mucho sabor.
¡Buen provecho!