Modo de preparación
Utilizamos frutas bien maduras.
Limpiamos las frambuesas de los tallos y las lavamos en un colador con agua fría del grifo.
Vertemos las frutas escurridas y aún húmedas en un recipiente de vidrio/bandeja con paredes altas.
Las espolvoreamos con azúcar glass y agua con zumo de limón exprimido para que mantengan su color.
Cubrimos el recipiente con film transparente y lo metemos en la nevera durante 48 horas.
Revolvemos las frutas varias veces con una cuchara de madera, y no es problema romper su integridad.
Antes de ponerlas en el exprimidor, la fruta debe dejarse a temperatura ambiente durante unas horas.
Luego escurrimos el jarabe recogido en la bandeja.
Ponemos las frutas restantes en la máquina y exprimimos su jugo.
A la cantidad obtenida agrego la misma cantidad de azúcar y el ácido cítrico disuelto.
Calentamos brevemente a temperatura moderada para disolver el azúcar y retiramos la cacerola del fuego.
Cuanto menos tratamiento térmico se someta al jarabe, más valiosas vitaminas, antioxidantes y fibras se conservarán en él.
Cerramos el jarabe en botellas limpias y secas, que guardamos en un lugar oscuro y fresco.
La mejor opción es poner el jarabe en botellas de 500 ml y guardar en el congelador.