Modo de preparación
Trituramos el parmesano hasta convertirlo en polvo. Picamos finamente las nueces y mezclamos con 80 ml del aceite, la pimienta negra, sal y el parmesano.
A continuación, agregamos el perejil también finamente picado (solo las hojas).
Del perejil se puede agregar hasta 50 gramos si queremos que el pesto sea más suave, fresco y ligero.
A mi personalmente me gusta que el perejil no domine para que las nueces sean protagonistas en este aliño.
Trituramos de nuevo si deseamos que el pesto se convierta en una pasta más fina y rectificamos de sal y pimienta negra. Añadimos el resto de aceite de oliva (o más de él).
Servimos con pasta o para aliñar ensaladas, untar en rodajas de pan tostado o para acompañar los platos de pescado, verduras asadas y carne de aves.
¡Pesto de nueces único y ampliamente aplicable en una infinidad de platos!