Cuando se trata de truchas, debemos tener en cuenta que bajo este nombre se encuentran varias especies de peces unidas en la familia de las Truchas. La trucha de los Balcanes, la trucha arco iris, los híbridos entre ellos, así como la trucha de Ohrid e incluso la trucha asalmonada se pueden encontrar en las tiendas de nuestro país.
Las truchas son pescados extremadamente sabrosos, con una carne delicada, lo que determina su amplia aplicación culinaria. Pero antes de preparar una trucha al horno, trucha a la parrilla o sopa de trucha, debes limpiar el pescado.
Aunque las truchas tienen escamas bastante finas y pequeñas y mucha gente opta por no limpiarlas, te recomendamos que las quites. El primer paso para limpiar una trucha es agarrar firmemente la cabeza del pescado y usar un cuchillo para raspar las escamas, moviéndolas desde la cola hasta la cabeza.
Después de raspar las escamas, enjuague bien el pescado con agua. Con un cuchillo corto pero afilado, haga una incisión en el vientre de la trucha desde la cola hasta las branquias, teniendo cuidado de abrir solo la piel sin afectar el interior.
Luego retire con cuidado todas las tripas y enjuague bien con agua corriente. Asegúrese de eliminar la línea oscura que corre a lo largo de la columna vertebral, de lo contrario corre el riesgo de que la trucha ya cocinada se vuelva amarga.