En la superficie del pescado fresco y de calidad hay una capa mocosa muy fina. Si esta capa es demasiado gruesa y la substancia es muy abundante, significa que el pescado se ha quedado demasiado tiempo.
Las escamas del pescado son brillantes si es fresco. Las escamas del pescado fresco están bien pegadas a su cuerpo. Los ojos del pescado fresco son transparentes y saltones. Si están turbias, esto es señal de alguna enfermedad del pez.
Las branquias del pescado fresco son de un color vivo. Si es grisáceo, no compre el pescado. Los pescados que están en hielo picado se conservan mejor.
Sabrás si está fresco presionando con el dedo. Si se queda un agujero o se hunde fácilmente, significa que el pescado no está fresco.
El pescado fresco tiene un olor característico a mar o río, sin olores malos. Las entradas del pescado no deben sobresalir si es fresco.
El pescado fresco tiene aletas y cola que no están secas, no están dobladas ni pegadas.
Las escamas de los pescados pasados de fecha son difíciles de limpiar. Para mantener el pescado fresco durante más tiempo y en la nevera, colócalo entre dos platos de porcelana.
La carne del pescado fresco de calidad es muy densa, elástica y bastante difícil de deshuesar o filetear. El pescado de calidad congelado tiene branquias pálidas y ojos ligeramente hundidos. esta es la única diferencia entre el pescado fresco y el congelado.
No compre pescado congelado en envases dañinos. Si el pescado está cubierto por una capa de hielo significa que se ha descongelado y vuelto a congelar.
Si observa manchas en el cuerpo del pescado congelado, significa que se ha conservado mal antes de congelar. El color amarillento y grisáceo del pescado congelado es señal de que se está echando a perder.
El pescado congelado no debe permanecer en el congelador más de tres meses si desea aprovechar de él la máxima cantidad de nutrientes.
Se eres amante del pescado, te sugerimos que pruebes nuestras recetas de lubina, dorada, caballa o trucha.
