La sal es un producto indispensable en nuestra mesa. Muchos de nosotros tenemos el hábito de coger el salero incluso antes de probar el plato. Sin embargo, como sabemos, el consumo excesivo de sal conduce a una serie de problemas y enfermedades. Por lo tanto, debemos limitar la ingesta de sal.
Las recomendaciones de una dieta baja en sal tienen pocas posibilidades de éxito mientras renunciemos únicamente a la sal de mesa "visible". Esto pasa por alto la fuente más importante: los productos alimenticios producidos y preparados industrialmente.
De hecho, sólo una mínima parte de la cantidad de sal de mesa consumida proviene del salero, mientras que el 80% de la ingesta diaria de sal está “escondida” en los productos alimenticios que compramos ya preparados.
Las aceitunas son portadoras de grandes cantidades de sal. Forman parte del grupo de alimentos que contienen una cantidad extremadamente alta de este condimento. Y la desalinización es una forma fácil y práctica no sólo de no renunciar a ellas, sino también de no aumentar significativamente el consumo de sal. Existe una opción universal para desalar aceitunas.
Para evitar que las aceitunas desaladas se sequen se pinchan con un tenedor en 2-3 sitios. Colóquelas en un recipiente y vierta agua hirviendo sobre ellas. Se dejan reposar toda la noche y ya están listas.
Algunas personas prefieren guardar las aceitunas en un frasco o recipiente con tapa lleno de agua en el refrigerador después de este proceso.
Si las aceitunas tienen un alto contenido en sodio y son demasiado saladas, después de desalarlas, se cubren con aceite de oliva o aceite de girasol y se guardan en el refrigerador.
El aceite de las aceitunas se pueden utilizar repetidamente después, para dosis posteriores. Además, la grasa tiene un sabor maravilloso gracias a las aceitunas y se puede utilizar para aliñar ensaladas.
Para conservar adecuadamente las aceitunas se puede preparar un adobo que permitirá consumirlas durante meses.
Adobo para aceitunas
Productos: 1 tarro de aceitunas (250 g), 1 cucharada de albahaca seca, 2 cucharadas de vinagre de manzana, 4 cucharadas de aceite de oliva.
Tras el proceso de desalinización, las aceitunas se escurren del líquido. En el recipiente en el que los vayamos a guardar, vierte uno tras otro los productos del adobo- la albahaca, el vinagre y el aceite de oliva. Coloca el tapón y se enrosca firmemente.
Agita vigorosamente durante unos 20 segundos hasta que la albahaca lo cubra todo y el vinagre y el aceite de oliva estén bien mezclados. Las aceitunas se conservan en adobo hasta su consumo.
Ver también cómo conservar aceitunas, cómo empanar aceitunas y cómo se pueden hacer aceitunas en salmuera.
