Limpiar los mejillones no es un trabajo difícil y es una parte importante de su preparación futura de manera correcta. Lo primero es desechar éstos mejillones que están rotos o abiertos del todo (lo que significa que no están vivos). ¿Pero como distinguir correctamente un mejillón vivo y apto para cocinar, que uno en mal estado?
Es muy fácil - golpeando suavemente contra la mesada. Si se cierra, el mejillón está vivo y apto para cocinar. Si se queda abierto, hay que tirarlo de inmediato, porque puede estropear vuestra comida y provocar reacciones indeseadas y problemas con el estomago. La otra etapa es quitar las algas y filamentos que se encuentras entre las dos valvas.
Las estiramos con un movimiento brusco hacia la parte estrecha de la concha. Seguidamente eliminamos con cuchillo o estropajo los crustáceos que pueden tener pegados en la concha. Después de limpiar los mejillones, las enjugamos muy bien bojo el grifo, o las introducimos en un bol con agua durante 15 minutos. Mientras están en reposo, los mejillones filtraran el agua y van a soltar todas las impurezas desde su interior.
Lavamos de nuevo los mejillones limpios bajo el chorro del grifo y ya están listos para ser usados en numerosos platos y preparaciones. Puede que suene un poco difícil el proceso de limpiar y quitar las impurezas de este molusco, pero en realidad es muy sencillo después de practicarlo un poco. Lo importante es limpiar bien los mejillones para no tener problemas estomacales.
Después de realizar la limpieza correcta de los mejillones, es hora de cocinarlos. Les recomendamos las siguientes recetas con mejillones : Arroz con mejillones, Mejillones empanados o Mejillones fritos.