La coliflor pertenece a la familia de las coles, pero de todos los tipos de coles, es la que el cuerpo absorbe con más facilidad. La celulosa que contiene es mucho más suave que la del repollo, por lo que incluso el consumo de coliflor en grandes cantidades no provoca la formación de gases en los intestinos.
Por esta razón, la coliflor se considera un alimento dietético extremadamente saludable y las recetas de encurtidos de coliflor, sopas de coliflor y ensaladas de coliflor se encuentran entre las más buscadas. Además, la coliflor es un pariente muy cercano del brócoli, y las dos verduras son intercambiables en casi todas las recetas.
Muchas amas de casa hacen mala cara a la hora de cocinar la coliflor, porque cuando se calienta, libera fitonutrientes, que en realidad son compuestos de azufre malolientes. Pero este problema también se puede superar cuando se reduce al mínimo el tiempo para su preparación.
Blanquear la coliflor es fácil y no requiere ninguna habilidad culinaria especial. La cabeza se rompe en rosas/floretes más pequeños, que se colocan en agua hirviendo salada y acidificada con limón, donde se hierven durante 5-6 minutos. Después de retirarlos, sumérjalos inmediatamente en agua helada para detener el proceso de cocción.
La coliflor blanqueada ahora está lista para convertirse en una sabrosa coliflor rebozada o ensalada de coliflor.