Un pavo tiene un largo camino por recorrer antes de convertirse en un pavo relleno de Navidad. El primer paso, como habrán adivinado, es limpiar el pavo.
Muchos sugerirían desollar el pavo directamente para evitar la tediosa tarea de emplumar, y estarían equivocados. Retirar la piel del pavo evitará que la carne se vuelva jugosa y, en lugar de estar jugosa y sabrosa, se volverá seca y bastante fibrosa.
Incluso si tiene experiencia en la cocina, limpiar un pavo puede ser una tarea bastante desafiante para usted, porque todos sabemos que el mejor pavo es el pavo fresco y el pavo más fresco es el recién sacrificado.
El primer paso para limpiar un pavo es escaldarlo para que sea más fácil quitarle las plumas. El escaldado del pavo se hace con agua hirviendo, agregando 1 cucharadita de bicarbonato por cada litro de agua hirviendo.
El tiempo de escaldado es de 2 a 3 minutos, tiempo durante el cual se agita el pavo varias veces.
Después de escaldar, es recomendable dejar que el pavo se escurra y se seque para que las plumas se puedan quitar fácilmente. Se recomienda frotar el ave con alcohol uniformemente por todos los lados para asegurarse de haber eliminado los últimos restos de plumas.
Lo siguiente es destripar el pavo y quitarle las entrañas. Solo queda enjuagarlo por todos lados y elegir tu receta favorita de pavo relleno.
Es importante señalar que los pavos que se venden comercialmente se limpian, no necesitan lavarse. Además, los expertos recomiendan no lavar un pavo descongelado debido al mayor riesgo de propagación de bacterias. Por lo tanto, cuando se trabaja con aves congeladas, incluidas y pavos, la regla principal es: no lave el ave, pero lávese las manos, así como todas las superficies de trabajo.
Si le encanta el pavo, asegúrese de probar nuestras recetas para:
- sopa de pavo;
- pavo asado;