Para empezar, vamos a familiarizarnos con cómo se obtienen los gránulos de café instantáneo. Para obtener el café instantáneo se utilizan granos de café tostados, que se muelen. Existen dos formas de procesamiento: en una se hierven los granos durante 4 horas, luego se filtran y se evapora el líquido, y en la otra se obtienen los gránulos por secado en ambiente de vacío. Desafortunadamente, todo esto conduce a la destrucción casi completa de los aceites esenciales, razón por la cual se utilizan saborizantes, colorantes y conservantes artificiales.
Solemos consumir café por su efecto tónico en el organismo, pero hay que saber que el café instantáneo contiene un 50% más de cafeína que el café en grano.
El café instantáneo está contraindicado para las personas que sufren de presión arterial alta y problemas con el sistema cardiovascular.
Se ha demostrado que el café instantáneo irrita el revestimiento del estómago y puede causar gastritis. El café literalmente lava nuestro cuerpo de muchas vitaminas y minerales valiosos como calcio, magnesio, hierro, potasio y zinc.
Nuestro consejo es limitar la ingesta de café instantáneo, pero si no puedes, mantenlo al mínimo y aumenta la ingesta de líquidos en tu día a día.