El sodio es un oligoelemento valioso encargado de una de las funciones más importantes del cuerpo: mantener el volumen de sangre en el cuerpo. El sodio es responsable del trabajo de músculos y nervios, previene el agotamiento y los golpes de calor que nos amenazan con una exposición más prolongada al sol.
Afortunadamente, el sodio es uno de esos micronutrientes que las personas obtienen fácilmente. Las mejores fuentes de sodio para los humanos son la sal, las aceitunas verdes, los mariscos, el queso y otros alimentos comúnmente disponibles.
Puede obtener su dosis diaria de sodio si consume pan y productos de pasta. Los alimentos ricos en sodio también son la salsa de soja, el chucrut, los tomates secos, las alcaparras, el pan rallado, incluso las galletas, las patatas fritas y los gofres, que no debemos consumir por otros motivos.
El sodio también se encuentra en los frutos secos, frutas y verduras sin sal, excepto zanahorias, remolachas y espinacas.
Aunque un nivel elevado de sodio en el cuerpo es una de las principales causas de retención de agua, se recomienda excluir de su dieta los alimentos ricos en sodio. Este oligoelemento actúa en sincronía con el potasio y su falta o niveles excesivos afectan fuertemente el funcionamiento del cuerpo humano.